Pedro Palomino

 

 

 

...Y LLEGARON LAS AGUAS

Terminaba el año 1924, cuando en una reunión que mantuvo el Ayuntamiento en Noviembre, se acuerda que el señor alcalde que por entonces era Isidoro Diez Ramos, para que llevase dos vasijas de agua, una de “La Ballena” y otra del “Pilón”, para que se hiciese un análisis de dichas aguas en el laboratorio municipal de Valladolid.
A mediados del 1925, el laboratorio municipal de Valladolid, remite un informe al Ayuntamiento en el que le manifiesta que las aguas entregadas, eran inservibles para poderlas beber por la población.

la ballena


En vista de este resultado, se hicieron reuniones para acordar la manera en que se podían hacer las obras para traer al pueblo las aguas y como conseguir el dinero para su realización.
En 1926, el alcalde, Isidoro Diez ramos, manifiesta la necesidad de realizar las obras necesarias para poder traer las aguas al centro del pueblo, pero que para hacer frente a estos gastos, era necesario proceder a la venta de algunos terrenos y propiedades que poseía el Ayuntamiento, para lo que solicitaba estar de acuerdo la Corporación. Una vez puestos de acuerdo por unanimidad, se pusieron a la venta: un solar en la calle Angosta, que fue casa-hospital, un trozo de robledal, al pago de “Carrascal” y unas parcelas del “Prado del Antrogil”. De las primeras se procedería a su venta en pública subasta que se efectuaría el día 25 de Abril de 1926, a las once de la mañana, el resto y dependiendo de los resultados se procedería mas adelante.


Por el mes de Marzo de 1929, y ordenado por el Inspector de Sanidad,  con motivo de haberse realizado una captación de aguas en “El Chorrillo”, se procedió a tomar unas muestras del agua para realizar su análisis, para proceder  si eran actas para el consumo de la población.


Practicado su examen para comprobar su potabilidad bacteriológica, se considera sospechosa, por lo que se acuerda el hacer un nuevo análisis.
El 6 de Enero de 1929, se procedió a notificar la venta que en pública subasta se había realizado de una parte de las parcelas del “Prado del Antrogil”, el 31 de Diciembre de 1928, por un importe total de “veintiuna mil seiscientas veinte Pts.”, para que los compradores favorecidos procedieran ha hacer un depósito del 5% del total, correspondiendo el siguiente importe:

 

Cipriano Ramos

 137,50 Pts.

Julio Beltrán Esteban

   77,50   “

Hermenegildo Aguado

   77,50   “

Mariano Arranz Oña

   25,00   “

Evaristo Arranz

   25,00   “

Eugenio del Val

   50,00   “

Germán Casín

   95,00   “

Esteban de las Heras

   70,00   “

Mariano Cavia

   10,00   “

Este importe será invertido para la captación de aguas, construcción de fuentes y los lavaderos que se precisen para la villa.


El dinero recaudado por este motivo y al no disponer de un lugar seguro este Ayuntamiento, se distribuirá entre los vecinos que lo soliciten, por un plazo de seis meses, con un interés del 4%, durante el tiempo que esté distribuido, avisando su cobro con quince días de antelación. Una vez realizado el reparto entre los vecinos que lo habían solicitado, quedó un remanente de “ocho mil quinientas veinticinco Pts.”, con las que se abrió una cuenta en el Banco Hispano Americano, con autorización para sacar el dinero de dos firmas, las del alcalde y teniente de alcalde.

el pilon


En el mes de Junio de 1929, el alcalde dio a conocer a la Corporación el resultado favorable del análisis del agua del “Chorrillo”, la cual fue calificada de buena potabilidad, tanto químicamente, como bacteriológica, mientras que las aguas del “Pilón” y la “Ballena”, no reúnen las condiciones de potabilidad, clausurando esta última, por orden de la autoridad sanitaria.


Para la solución del problema del agua, manifestó el alcalde que se podrían acoger al Real Decreto del 9 de Junio de 1925, solicitando del Estado la ejecución de las obras, contribuyendo el Ayuntamiento, con el 50% de su importe, a pagar en veinte años, acordándose por unanimidad el iniciar el expediente.


Y por fin el 20 de Diciembre de 1931, el Inspector Provincial de Sanidad, emitió la certificación del agua del “Chorrillo”, resultando ser un agua potable, con buenas condiciones bacteriológicas, acordando ser anexionado al expediente de obras.


En 1933, se cumplían los cuatro años de haber realizado la tramitación del expediente para la traída de aguas, por lo que la Corporación encargó al secretario, Lino Vizcarra para que fuese a Madrid y se informase en la Dirección General de Obras Públicas, en que estado se encontraba el expediente.

A principios de 1934, el alcalde en la sesión celebrada el 21 de Enero, comunica a los regidores que ha sido aprobado por la delegación de los Servicios Hidráulicos del Duero, en Valladolid, el expediente de las obras para el suministro de agua potable a esta villa, por un importe de 32.125,49 Pts.; con una aportación por parte del Estado de 16.062,75 Pts., equivalentes al 50% de su importe.


La Corporación acuerda:
El ratificar el acuerdo de este Ayuntamiento que se aprobó el 13 de Julio de 1929, en el que se comprometía a entregar gratuitamente los terrenos necesarios para abrir las zanjas, así como el agua necesaria que se ha de utilizar en la obra.
También se compromete a contribuir con el 50% restante del importe, abonando en efectivo el 10%, que supone 3.212,55 Pts., durante la ejecución de las obras y el 40% restante, en veinte mensualidades iguales. Se compromete también el Ayuntamiento a garantizar el cumplimiento de sus compromisos, incluyendo en sus presupuestos anuales, las cantidades necesarias para hacer frente a los pagos, así como a la conservación de las obras.


Las obras comenzaron y al poco tiempo, noventa y siete vecinos presentaron una instancia solicitando que se instalase una fuente en la Plaza, siempre que hubiese suficiente caudal para ello. Después de su lectura, se procedió a discutir el asunto por la Corporación y en vista de no haber conformidad, los concejales Claudio Arranz, Julián Oña y Santiago Diez, proponen que se haga solo la fuente de la Platería y en el caso de que el manantial de el agua suficiente, es decir que alcance un caudal de cincuenta litros por habitante y día, se haga otra en la Plaza.

 

Restaurada por iniciativa de algunos vecinos de la Platería. 12 de mayo del 2012


Vicente Diez y Julio Beltrán, proponen que se hagan dos fuentes y Germán san Martín, se une a los anteriores para que se haga una sola en la Platería y sin pilón abrevadero para dar agua al ganado.
En consecuencia, se acuerda por mayoría el hacer una fuente y sin pilón abrevadero.
Fueron pasando los días y por Marino de las Heras y suscrito por cincuenta y cuatro vecinos más, se presentó un escrito, en el que se protestaba por la construcción de dos fuentes.
Allá por Noviembre y a propuesta del concejal Claudio Arranz y debido a la apertura de zanjas que se realizan en las calles del Reoyo y Platería, con el fin de evitar perjuicios y accidentes en los vecinos, propone se instalen dos luces, una en el Reoyo y otra en la Platería, en los sitios mas adecuados, permaneciendo únicamente, mientras se estén realizando las obras.


El 31 de Enero de 1935, habiéndose reconocido por la Junta Municipal de Sanidad y los vecinos, una prueba del caudal de agua, dando como resultado la cantidad de cincuenta y cuatro litros por habitante y día, prueba que fue realizada en presencia de Don Isidoro Torrino, ingeniero y el alcalde Julio Beltrán, se comprobó que era la cantidad suficiente, para poder instalar las dos fuentes.
Los concejales, Claudio Arranz, Santiago diez, Vicente Diez y Genaro San martín, manifiesta que se ejecute lo acordado.
Juan Oña, que se construya la de la Platería.
Licinio de la Horra, que se haga la de la Platería y que se instale otra en la esquina de “Mazarcos”, con la calle del Solano, en lugar de la Plaza, por encontrarse muy cerca de la de la Platería, pues todos los carros que entran en la villa, van a para a la Plaza.


El 12 de marzo, el ingeniero Jefe de los Servicios Hidráulicos del Duero, comunica al Ayuntamiento, que se pasará mañana, a las tres de la tarde, para proceder al reconocimiento y entrega de las obras de abastecimiento de aguas, con el fin de que sea nombrada una comisión. Esta comisión estaba formada por el alcalde Julio Beltrán y los concejales Claudio Arranz y Genaro San Martín.


Y llegamos a Junio, en la que el Ayuntamiento da cuenta de los gastos originados por la ampliación de las obras para la instalación de las fuentes de la Platería y Plaza, conducción y desagüe de las aguas, por un importe de 1.600,40 Pts.; Los concejales, Claudio Arranz, Santiago Diez, Julián Oña, Germán San Martín y Luciano de la Horra, manifiesta no estar de acuerdo con las obras realizadas, por no haber habido acuerdo para ello y no haber sido consignada en el presupuesto, la fuente de la Plaza, ya que solamente había sido ordenada por el alcalde Julio Beltrán, comunicándolo solamente por bando, sin el conocimiento de los concejales citados.


Respecto a la fuente de la Platería, no se ha realizado según los acuerdos tomados, pidiendo estos concejales, se convoque una sesión extraordinaria, para el 31 de Julio, con el objeto de que sea debatida la protesta de las obras realizadas.
Reunida la Corporación en la fecha acordada, se concede la palabra a los concejales que no están de acuerdo con las obras realizadas, luego los vecinos piden que les sea leído el Estatuto Municipal, para saber las atribuciones que tiene el alcalde.
Leído el Estatuto, en él figura lo siguiente:


1º.- Son de competencia municipal y por tanto del Ayuntamiento, proyectar y aprobar los presupuestos.
2º.- Según lo dispuesto en el artículo 181, corresponde a la Corporación, la aprobación y reforma de la clasificación de los planes y proyectos generales, ya aprobados, exigiéndose para ello, los dos tercios del número de concejales. Siendo este artículo de estricta aplicación, en el caso consultado.
3º.- Son atribuciones del alcalde, según el artículo 192, el cumplir y hacer cumplir los acuerdos.
Por lo que en este caso, la Corporación en pleno, aprobó el proyecto de obras, en el que figuraba sólo la fuente de la Platería, con dos caños de grifo de alta presión. Y en la sesión celebrada el 19 de Diciembre de 1934, se acuerda por mayoría de cuatro concejales, el hacer otra fuente en la Plaza, pero no era la mayoría suficiente de los dos tercios que se necesitaban.

placa a julio beltran


El alcalde Julio Beltrán, como entre sus atribuciones se encuentra al ampara del apartado dos, del artículo 192 del Estatuto Municipal, en el que figura. “ejecutar y hacer cumplir los acuerdos de la Corporación en pleno”, debe limitarse a hacerlo así, pues de lo contrario, es extralimitarse en sus funciones, incurriendo en responsabilidad, que desde luego se le podrá exigir, al ampara del artículo 296.
Por parte de la Presidencia se manifiesta, que en vista de la oposición formulada por los concejales, fundadas en que no hay cantidad presupuestada, y, que las obras han sido ordenadas por el alcalde, se hace constar lo siguiente:


1º.- Que no es cierto que dichos concejales no conociesen la ampliación de las obras, puesto que están consignadas en el presupuesto, por un importe de 6.000 Pts.
2º.- Con respecto a que no son sabedores, tampoco es cierto, pues no solamente estaban enterados por el bando, sino que en reunión hecha para tal fin, no se opusieron a las obras.
3º.- Que estas obras de las fuentes, han debido y podido hacerse, al acabar las obras hechas por el Estado. Que de no ser por la tenaz oposición y resistencia en que se han colocado estos concejales, por cuyo proceder se han perjudicado grandemente los intereses del municipio, debido a un mayor coste de las obras, se les hace responsables de todos los perjuicios, como se ha podido comprobar.
Por todo lo expuesto, se procede a aprobar las obras de ampliación de las fuentes y que su importe, sea abonado de los capítulos correspondientes:
Vicente Diez, manifiesta estar conforme con las obras realizadas.
Licinio de la Horra, pide que sean las obras por personal técnico.
Con lo que se dio por terminada la sesión.


Ante tantas vicisitudes no e de extrañar, que los mozos de este pueblo se pusieran a cantar:

Ocho años llevamos, tras las fuentes
En Mambrilla.
Por mucho que se molesten
no ha de manar la de arriba.
Vengan los ingenieros
vengan a excavar arquetas,
que las fuentes se quedan secas.
En este País, siempre ha sido así
y siempre lo será,
que siempre han querido
los mismos mandar.
34.000 pts. en las fuentes se han gastado
para que por las mañanitas
las pongan un candado.

A principios de 1936, varios vecinos, presentaron en el Ayuntamiento, una instancia firmada por los mismos, solicitando se consigne en el presupuesto las cantidades necesarias para el arreglo de las fuentes.
Dado lectura a este escrito de los vecinos, en sesión extraordinaria, que se celebró en febrero, Claudio Arranz, Julián Oña y Santiago Diez, manifestaron estar de acuerdo con todas las partidas consignadas en los respectivos capítulos, pero con el escrito presentado por los vecinos, no dan su aprobación por los siguientes motivos:


1º.- Porque dicha instancia, no se ajusta a razón, ya que el alcalde ha ido casa por casa, solicitando de los vecinos que firmaran dicha instancia, para el arreglo de las fuentes. Algunos firmaron y otros se negaron, que también hay firmas de vecinos que no saben leer ni escribir, o como la de Francisco San Martín, que le manifestó al alcalde que no firmaba, por lo que vino a protestar al Ayuntamiento, o la de Benito Ramos, que manifestaba no conocer el asunto.


2º.- En la citada obra, no ha habido acuerdo para pedir a la Confederación, la extensión de las aguas y al no existir acuerdo, el alcalde dio un bando en el que decía: “de orden del alcalde, todo vecino que se encontrase necesitado, fuese a su casa a pedir trabajo, para la ampliación de las obras de la Platería a la Plaza, así como para el desagüe que había que hacer al arroyo de “Ejido”.
Ante lo cual, el alcalde expuso: que cree muy justa y razonable, la denuncia presentada por los vecinos, para que sea incluida en el presupuesto la cantidad y gastos efectuados en las fuentes, y aunque es una cantidad muy económica, ya que su importe es de 2.000 pts. estando acordada la obra por la Delegación Hidráulica del Duero y tener el dinero, pues sobro de la venta de un terreno, para estos gastos.
Es conveniente establecer esta partida de gastos, en estos presupuestos y en los sucesivos, ya que al hacerse entrega de las obras al Ayuntamiento, este contrajo la obligación de conservar en perfecto estado su conservación.
También se comunicará a la superioridad, el anómalo comportamiento de los concejales, Claudio Arranz, Julián Oña, Santiago Diez, Licinio de la Horra y Vicente Diez, por ponerse en contra del alcalde, así como incitar a una parte de los vecinos, perjudicando con su acción los intereses de la mayoría de los vecinos, poniéndoles en actitudes algo excitantes.
A las ocho de la noche del 13 de Marzo de 1936, y previa convocatoria, se reunieron en la Casa Consistorial, bajo la presidencia del alcalde Julio Beltrán Esteban, los concejales a quienes les corresponde cesar y los nuevos elegidos, para formar la nueva Corporación.
Una vez cesado como alcalde Julio Beltrán, este entregó un escrito al nuevo Ayuntamiento, solicitando le sean abonadas las 1.365,12 pts, importe del dinero que adelantó en las obras de las fuentes. Se acordó incluirlo en el presupuesto ordinario para su abono.
El 15 de Abril, Claudio Arranz Miguel y otros vecinos, presentaron un escrito al nuevo Ayuntamiento, protestando por el pago de las obras de las fuentes, el cual decía así:

                           h      SR. ALCALDE PRESIDENTE DEL                                                        AYUNTAMIENTO DE ESTA VILLA

“Los que suscriben, ex concejales y vecinos de esta villa, a Vd. Y con el debido respeto, exponen:
Que habiéndose anunciado al público, en sesión extraordinaria con fecha siete del corriente, el pago de 1.365,12 pts. importe de la ampliación de las obras de las fuentes, realizadas por el ex alcalde Julio Beltrán, manifestando por mayoría de la Corporación, que no se ha hecho reclamación alguna, es por lo que a Vd. Y a esa Corporación exponemos:


1º.- Que dicha cantidad, han sido ya reclamadas anteriormente, a los concejales entrantes existentes en el año 1935, en la que protestamos la mayoría, por no haber acuerdo en el Ayuntamiento, para realizar el emplazamiento de dichas fuentes.


2º.- Que dichas obras no se adaptan a ningún acuerdo de aquella Corporación, solo por el alcalde Julio Beltrán Esteban, según bando del alguacil que decía: “todos los vecinos necesitados, que fuesen a su casa a pedir trabajo, para la ampliación y desagüe de las mismas”.
3º.- Que existe en esa secretaría, una instancia presentada por varios vecinos, con fecha 30 de Noviembre de 1934, protestando por la ampliación de las obras.

Viva Vd. Muchos años.
Mambrilla de Castrejón 15 de Abril de 1936.

Leídos todos los pros y los contras, el alcalde expone: que es justa y razonable la denuncia presentada por los vecinos, sobre la inclusión en el presupuesto, los gastos efectuados con las fuentes, ya que aunque es una cantidad pequeña, se disponen de todos los comprobantes de dichos gastos y al estar acordada dicha obra, por la Delegación Hidráulica del Duero, se dispone del dinero suficiente, ya que hay un sobrante de la venta de un terreno para estos gastos.
Además es necesario esta partida de gastos, pues las fuentes se encuentran en muy mal estado, por haber sido estropeadas y no saber los culpables. También, que al hacerse entrega al Ayuntamiento de las obras, se contrajo la obligación de conservar en perfecto estado las mismas, consignando en los presupuestos anuales, las cantidades precisas para su conservación.


El alcalde advierte a los concejales, Claudio Arranz, Julián Oña, Santiago Díez, Luciano de la Horra y Vicente Diez, así como a una parte de los vecinos que se ha puesto en su contra, que será comunicado a la Superioridad, ya que con su actitud, han perjudicado a los intereses de la mayoría de los vecinos.
Por el mes de mayo, el Gobernador Civil, mandó la contestación a este escrito, en el que comunicaba al Ayuntamiento, que con motivo de este escándalo, se acuerda que se imponga una multa de “cinco pts”, a cada uno de los señores demandados.
En Junio, se da cuenta de una resolución dictada por el Delegado del Gobierno y Presidente de la Confederación Hidrográfica del Duero, sobre una de las reclamaciones presentadas por los vecinos, relativas a la ampliación de las obras de abastecimiento de aguas y arreglo de fuentes públicas, acordando todo su cumplimiento en todo lo que se ordena.
En 1940, le fueron abonadas a Saturnino Diez San Martín, la cantidad de “dieciocho pts”, por haber traído en su carro, los tubos para la conducción de las aguas, desde la estación de San Martín.


En 1942, y debido a la escasez de aguas, acuerda la Corporación, el colocar un candado con su correspondiente llave en las fuentes de la Platería y de la Plaza.
En 1950, hubo una gran sequía, lo que provocó una gran escasez de agua para la villa, por lo que el Ayuntamiento, acordó en sesión, el hacer una nueva captación de aguas el  “Chorrillo”, la cual se realizará por el método de prestación personal. Se solicitará al Sr. Gobernador, un camión de cemento, para la recogida de aguas.
Al proceder a las obras de esta captación, se comprobó, que no quedaba al mismo nivel para su conducción al depósito, por lo que se solicitó el suministro de dinamita, mecha y detonadores para poder realizar las obras.
Al persistir esta gran sequía y escasez de aguas, el Ayuntamiento, prohíbe el sacar agua de la Ballena, con baldes, bajo multa de “veinticinco pts”, el lavar la ropa a menos de veinticinco metros de la fuente, bajo multa de “cincuenta pts”. Así mismo se prohíbe el dar agua con calderos a las ganaderías, en los alrededores de las fuentes, ya que con estas medidas se pretende, el regular los pozos que suministran agua y evitar enfermedades.
El Ayuntamiento, nombrará una persona, para llevar la regulación del agua, al que se le asignará un sueldo de “dos pesetas con cincuenta céntimos”, con la obligación de llenar los piloncillos, tres veces al día, estando obligado ha hacer su limpieza, cuantas veces se precise.


También el Ayuntamiento mandará una comunicación al de Corrales de Duero, para solicitar que el ganado lanar pueda beber en el abrevadero de “Valdemeso”.

 

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